Cuando escuchamos decir “frutas secas”, a muchos nos resuena al mismo tiempo la palabra “Navidad”.
Las frutas secas como las nueces, almendras, pistachos, avellanas y piñones, junto con las desecadas como dátiles, damascos, higos turcos y pasas de uva, son invitados especiales en nuestra mesa navideña, tras haber sido introducidas por influencia de los países de Medio Oriente y África en España, para llegar luego a la Argentina.
De este modo, estas frutas tradicionales hacen su aparición en el momento de cocinar postres y servir en bandejas adornadas; y asimismo, son una excelente opción en el momento de elegir postres sanos y ricos. Las podemos presentar con cáscara y proponerle a nuestros invitados abrirlas con un rompe nueces, o a través de una opción más práctica: peladas y listas para comer.
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