Las ciruelas desecadas son el fruto seco que se obtiene una vez secada la fruta original, es decir, las ciruelas frescas. Contienen todos los nutrientes de la fruta original, pero mucho más concentrados debido a la pérdida de agua que ocasiona el proceso de desecación.
Son ideales para regular el nivel de colesterol e hipertensión; para el estreñimiento, por poseer ocho veces más fibra que la fruta fresca; y para el cansancio, por su rico contenido en potasio y magnesio, nutrientes que fortalecen la musculatura y evitan los calambres.
Por otro lado, son una excelente opción para tratar pieles poco hidratadas, dado que cuentan con cuatro veces más de vitamina A que la fruta original, lo que as convierte en un excelente remedio contra la sequedad de la piel y el largo proceso de regeneración de la epidermis.
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