El colesterol es un tipo de grasa de origen animal, necesaria para cumplir importantes funciones del organismo (membranas celulares, hormonas sexuales, hormonas de defensa, elaboración de Vitamina D a partir de la piel bajo la acción de rayos solares).
Cuanto tenemos un exceso de esta grasa, viaja por los vasos sanguíneos, se acumula en los mismos, se deposita, obtura y produce enfermedades como la arterioesclerosis.
Es por eso que es muy importante hacer prevención desde la alimentación y mejorar aquellos hábitos que nos brinden una mejor calidad de vida, como por ejemplo hacer ejercicio físico en forma paulatina y programada, dejar de fumar, controlar la ingesta de alcohol y disminuir el peso en caso de exceso.
¿Qué consumir?
Se recomienda el consumo de alimentos que contengan Fibras, ya que éstas actúan como una barrera en la absorción de grasas en el intestino. Las podemos encontrar en frutas desecadas (ciruelas, peras, medallones de durazno, dátiles, higos, pasas de uva); salvado de avena y de trigo; germen de trigo; cereales (arroz integral, quínoa, amaranto); legumbres (lentejas, garbanzos, porotos); semillas integrales (sésamo, lino, girasol, chía, zapallo… todas preferentemente procesadas); y cereales para el desayuno.
También se aconseja consumir aceites vegetales crudos, es decir, no utilizados para cocinar, como el Aceite de Oliva, de Canola, de Lino y de Chía; las semillas de zapallo; y las frutas secas (nueces, almendras, avellanas, castañas de cajú). Y evitar el uso de aceites a altas temperaturas o recalentados, el excesivo consumo de carnes grasas, chocolate, coco y semillas y frutas secas tostadas.
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