La alimentación es un proceso complejo que trasciende una necesidad biológica y que se ve influenciado por toda una serie de factores sociales, culturales, geográficos, religiosos y afectivos.
El comportamiento alimentario del hombre no se reduce tan sólo a la ingesta de alimentos. Comer, para el ser humano, es algo más que nutrirse. No comemos sólo para mantener nuestras constantes vitales, sino también para proporcionarnos placer, facilitar la convivencia y luchar contra determinadas ansiedades.
La alimentación no debe ser sólo agradable y placentera, también debe ser saludable y basarse en la variedad y el equilibrio, como así también adaptarse a las necesidades individuales.
Los alimentos son indispensables como fuente de provisión de energía, manteniendo los procesos que sustentan la vida. Pero no sólo importa la cantidad de alimentos que incorporamos, ya que el buen funcionamiento de nuestro organismo va a depender también de la calidad de nutrientes que le ofrezcamos, ¿a qué nos referimos con “calidad de nutrientes”?
Los alimentos poseen, además de energía, diferentes sustancias o nutrientes que son necesarios para que podamos desarrollarnos saludablemente, es decir, crecer, mantener nuestras funciones vitales, estar protegidos de ciertas enfermedades, reproducirnos, vivir.
Pero también estos nutrientes nos sirven para tratar aquellas enfermedades que surgen como consecuencia de hábitos inadecuados en la alimentación y en el estilo de vida (sedentarismo, tabaquismo, estrés, comida rica en grasas y azúcares).
El comportamiento alimentario del hombre no se reduce tan sólo a la ingesta de alimentos. Comer, para el ser humano, es algo más que nutrirse. No comemos sólo para mantener nuestras constantes vitales, sino también para proporcionarnos placer, facilitar la convivencia y luchar contra determinadas ansiedades.
La alimentación no debe ser sólo agradable y placentera, también debe ser saludable y basarse en la variedad y el equilibrio, como así también adaptarse a las necesidades individuales.
Los alimentos son indispensables como fuente de provisión de energía, manteniendo los procesos que sustentan la vida. Pero no sólo importa la cantidad de alimentos que incorporamos, ya que el buen funcionamiento de nuestro organismo va a depender también de la calidad de nutrientes que le ofrezcamos, ¿a qué nos referimos con “calidad de nutrientes”?
Los alimentos poseen, además de energía, diferentes sustancias o nutrientes que son necesarios para que podamos desarrollarnos saludablemente, es decir, crecer, mantener nuestras funciones vitales, estar protegidos de ciertas enfermedades, reproducirnos, vivir.
Pero también estos nutrientes nos sirven para tratar aquellas enfermedades que surgen como consecuencia de hábitos inadecuados en la alimentación y en el estilo de vida (sedentarismo, tabaquismo, estrés, comida rica en grasas y azúcares).
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